domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Y a qué vine yo a la cocina?

Por FADA.-

Si hay algo que tienen en común todos (o en la mayoría) de los juegos de aventuras contemporáneos es la inclusión de  MISIONES. Esas "etapas" que te permiten cierta libertad en el juego y que su influencia en la temática central del juego, si bien es importante, no se ve afectada en gran medida. Algunas son opcionales; buscar tesoros para cambiarlos por dinero o encontrar a un misterioso personaje que nos cuenta la historia de Pepito y por qué es tan introspectivo y anti-social (no confundir con delincuente), así como también están las obligatorias, como regresar al sitio de donde llegaste y te costó bastante trabajo pasar la etapa  para buscar una gema de cristal oculta detrás de una roca agrietada para luego volver al mismo lugar y así poder abrir un portón de madera (estúpida lógica que tienen los programadores).

Pero si hay algo que nunca falta en estas misiones es que, si por alguna extraña razón llegases a olvidar lo que tenias que hacer, SIEMPRE existirá un cuadrito, ventana, menú desplegable o personaje menor que viaja contigo y te habla por telepatía que te recordará aquello tan importante....¡¡Cuánto nos haría falta algo así en la vida real!!

 Esta tarde estaba yo de lo mas tranquilo, bajé las escaleras y sin pensarlo demasiado me encontraba en la cocina. "¿Que vine a hacer aquí?" pensé yo, no tenía hambre ni había bajado un vaso o taza para dejarlo en el lavaplatos, supuse fue un error que cometí mas que nada por costumbre, así que aprovechando el viaje me lavé las manos y saqué un puñado de cereales para el camino de vuelta. Estaba sentado en el computador cuando mi madre entró en mi habitación y me dijo "Nunca más te pido un favor. Media hora esperando que me traigas un vaso con agua para tomar el remedio y tu sentado en esa cosa. Ahora ruega cuando quieras que haga algo por ti." Estaba devastado, quedé como un pésimo hijo. MISSION FAILED.

La verdad no se que pasó, incluso después recordé que mientras bajaba los escalones repetía en mi mente lo del agua y aún así se me olvidó por completo. En fín, me disculpé con mi madre y ella me perdonó, me dijo que a partir de ahora lleve una libreta conmigo y no se me olviden las cosas, aunque pienso que no estaría de más tener una amigo insecto brillante que te recuerde lo que tienes que hacer de vez en cuando :D

Aún así no confío en este negro e_e...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario