¿Cuántos pares son tres moscas?

Esta es la típica pregunta que nos hacia nuestro padre/abuelo/tío para dejarnos pensando un buen rato. “¿Qué cuantos pares son tres moscas?, ¡un par son dos cosas, no tres!” es la contestación más esperada, y porque no, la más evidente. Lo realmente curioso, es que mientras más se piensa en dar una solución, mas errónea es la respuesta. 

Un día formulé esta pregunta a un profesor de mi escuela básica, en lugar de darme una respuesta, me anotó el libro de clases por querer burlarme de su persona. Una vez terminada la clase, fui donde él y le dije: “Respuesta incorrecta”.

Años más tarde, hice la misma pregunta a la que fuera una amiga muy especial. Era muy inteligente, así que no tardó mucho en darme una respuesta “Pues… tienes tres moscas, entonces tienes 3 pares de alas, 3 pares de ojos, 3 pares de patas…no, 6 par… no,no,no!! 9 pares!! jajá, tienes en total un montón de pares, jaja!!”. Su respuesta no me convenció del todo, pero si fue muy divertida.

Ya en mis primeros días de universidad, conocí compañeros de vastos conocimientos, así que les formulé la misma cuestión. Uno de ellos, de gallarda postura, sacó papel y lápiz y empezó a dibujar esquemas mientras me explicaba: “Tú tienes tres moscas, las que llamaremos A, B y C, y las quieres agrupar de a pares, entonces tienes 6 permutaciones posibles; {(A, B); (A, C); (B, A); (B, C); (C, A) y (C, B)}, pero como son pares no ordenados, da igual la posición de una u otra, entonces tienes un total de 3 combinaciones de pares posibles”. Asombrado por su desplante, lo miré de frente y le dije: “Esa es una brillante respuesta, te felicito… pero esa no era mi pregunta”. Herido en su honor, este tomó sus cosas y se fue enmudecido. No he vuelto a hablar con él.

“¿Qué es un par?” Dos cosas, decía yo. “¿Y si tienes tres?” Entonces ya no es par, sino un trío. Parecía una pregunta tonta, pero la respuesta no lo era para nada. Fastidiado, enojado porque una cosa que se veía tan banal me carcomía la cabeza. Sentado en el sillón de mi casa vi a mi abuelo en la mesa resolviendo un crucigrama. “Oye Tata, ¿Cuántos pares son tres moscas?”, le pregunté sin moverme de mi posición; levantó la vista y casi instantáneamente me contestó: “¡Uno y medio!”, y siguió en su pasatiempo. “Correcto” dije en voz baja, y entonces me puse a ver televisión.

-. FADA