miércoles, 8 de enero de 2014

La gran travesía, capítulo 22.

Por Yop.

... Bueeeeeno, ¿supongo que esto es por la inspiración? Digo yo. Un día de estos les mostraré a Azure. Pero por ahora, déjenme seguir la historia desde donde quedó.

Por cierto, alguien una vez me dijo que la historia "necesitaba de un toque femenino". Se apuró mucho en decirlo, porque esta historia no se quedaría sin féminas. Y así como aparecieron Elena y Bell, también vendrán otras ;)


Por cierto, *lanza un gatito tierno* PELEA DE GATITOS!!!

"- Alto, alto, alto... ¿Quieres ir con nosotros? - pregunté-
- ¡Pero desde luego! - Elena se molestó un poco- Illius, en verdad quiero ir. Y no es porque todo esté aburrido en Calis, es porque... - ella desvió su mirada un poco. No entendí nada-
- Porque... - dije-
- ... Porque los extrañaba mucho. Y en serio, no quiero que nos separemos de nuevo - dijo. Y ahí me quedó claro. Entonces me acerqué a ella-
- Pues, si ese es el punto, y no tienes ningún problema, entonces... Pues... Tú puedes... venir con nosotros - no terminé de decir eso, cuando sentí que Ukt me estampó en el piso- ¡OOF!
- ¡Eso sí que no! ¡Somos un equipo completo, y no voy a dejar que andes arriesgando al equipo por una simple niña! ¡No necesitamos a terceros! - me susurró Ukt a través del reloj-
- ¿No fuiste tú el que dijo que necesitaríamos toda la ayuda posible? Además, ella es una buena chica, ¡y no es una niña! ¡Ya viste cómo peleó contra el Carcelero! ¡Vamos, Ukt! - le dije, en voz baja, de vuelta-
- ... Promete que no será parte del equipo - me dijo-.
- Será una adición temporal. Aunque no sería malo que fuese una integrante más. ¿Por qué no podría serlo? - pregunté-
- ... Ya no me quedan nombres ektorianos...
- Em, disculpen... - dijo Elena, algo tímida. Ukt entonces me soltó, y volví a estar de pie-
- ¡Pues, no hay ningún problema en que vengas con nosotros! ¿Verdad, Ukt?
- ¡Heh heh heh! ¡Tiene razón el chico acá! - dijo él-
- ¡Qué gusto! - dijo Elena, sonriendo. Extrañaba esa sonrisa de alegría en su cara. No es que esté implicando algo, pero me gusta ver sonreir a la gente con la que me llevo bien-
- ¡Ukt, fija curso hacia nuestro destino! - dije. Entonces, Ukt reaccionó al localizador, y se convirtió en una flecha azul. Empezamos a caminar en esa dirección-

Ukt decidió salirse en un momento, y pasó al frente, con Nny y Goot. Cello y Damian iban un poco más atrás, cerca de Elena y yo, quienes íbamos conversando y poniéndonos al día con todo lo que había pasado. Y en ese momento no sabía que Cello estaba hablando con Damian. Fue después que me enteré. Pero bueno... Fue algo como esto, según me contó él.

- Oye, Cello, ¿no te parece que esos dos son muy cercanos? - dijo Damian-
- Pues, la verdad sí. Pero ha sido así siempre - dijo Cello-. Son más o menos como... nosotros dos, papito - dijo, con una cara de pervertido. Damian quedó algo traumado-
- H-hey... - dijo Damian, algo pálido-
- ¡Es una broma, machucado! Pero bueno... Es que en serio, los tres solíamos ser un gran equipo juntos. Pero esto se remonta a un tiempo más lejano...

<<... que es como hace tres años atrás. Cuando recién, recién estaba conociendo a Illius. Si lo hubieras visto, el chico era el tímido entre los tímidos. Y era atrozmente reservado y guardado para sí mismo. Horriblemente introvertido. Si fíjate que nos volvimos amigos del mero azar, pero bueno... Ese era el Illius de hace tres años.

En ese entonces, Illius era un chico con muchos talentos ocultos. ¿En serio crees que pelea así porque es innato? No. Es porque tenía un entrenamiento de espadas en los tiempos libres. Y también tenía un poco de talento al dibujar.>>

- Entonces Illius no tenía un talento innato en las espadas después de todo. Me extrañaba que pelease tan bien con tan poco conocimiento... - dijo Damian-
- ¿Hola? ¿Historia? ¡Me interrumpes!
- L-lo siento... Por favor, sigue.

<< En fin... Tenía talento al dibujar, y siempre se lo hacía ver. Pero siempre era lo mismo...

- ¡Oh, hermano! ¡Ese dibujo está hermoso! ¡Me recuerda la casa! - decía yo-
- S-supongo... Pero creo que pudo haber quedado mejor - decía Illius-. Desearía poder dibujar mejor...
- ¿Dibujar mejor? ¡Pero si está bien! Loco, ¡alguien con un talento así debería mostrarlo al mundo entero!
- ¿Y te volviste loco? Si lo muestro al mundo, tal vez se burlen de mi estilo...

La verdad es que Illius no era introvertido por querer. Venía de un pasado algo malo, en donde, por mostrarse tal cual él era, fue inferiorizado mucho. Y fue objeto de burla por ello. Entonces hizo un voto consigo mismo, de no volver a mostrarse como él era ante el mundo. Lógico, yo estaba intentando que él volviese a tener confianza en sí mismo. Es lo que los amigos hacen. Te ayudan si estás bien, y se rien si te sacas la... Eso mismo.

- Qué estilo ni que nada, tienes que mostrarlo a la gente. ¡Que la gente conozca tus talentos! ¡Vamos, muéstraselo a todos, por qué no, hazlo!
- C-Cello, en serio que no, gracias... - decía, y luego se iba-

Fueron meses en las que Illius pasaba o conmigo, o lo pasaba solo. Y era una postal deprimente, en serio. Uno lo ve ahora, con lazos de amistad en todas partes, pero en ese entonces, era más cerrado que una ostra. Y se la pasaba dibujando solo.

Hasta que eso pasó.>>

- Con eso, te refieres a... - dijo Damian-
- Oye, tranquilo, viejo, que aún no llego ahí... - dijo Cello, y volvió a su relato-

<< Ahem. Como decía. Decidí hacerme el listo, y sentarme cerca de él sin que me viera, para observarlo un rato. Fue entonces que apareció alguien inesperado. Una chica. De pelo largo, corta estatura, y ojos de colores diferentes.>>

- ¿Heterocromía? - preguntó Damian-
- ¿Te molesto? ¡ESTOY RELATANDO!
- ¡Bueno, bueno, no interrumpo más! - dijo Damian, quien se quedó callado-

<<... ¿Dónde me quedé...? Ah, sí. La chica de ojos de colores diferentes. Se acercó sigilosamente al lado de Illius. Y se sentó con él. Ella estuvo observándolo con asombro todo el rato. Hasta que, pues... ella habló.

- Me gusta tu dibujo. ¿Quién es?
- ¡Uwah! - gritó Illius del susto- ¡Me asustaste! ... Un segundo... ¿M-mi dibujo...? T-te gust... ¿Te gusta mi dibujo? - dijo Illius-
- Sí. Es bueno. Y tiene harto detalle, en serio que sí. ¿Has probado mostrárselo a la gente? - preguntó ella. Y yo en mi mente era "contesta que sí, y te reviento a palos por quebrado"-
- La verdad, es que... no en realidad. Aún siento que me falta mucho camino, como para poder mostrar mis dibujos a la gente. Eso, y...
- Y...
- N-nada, la verdad - dijo, y cerró su cuaderno-. Bueno, se termina el recreo... Tengo que ir a clase.
- Elena - dijo ella, ofreciendo su mano a Illius-. ¡Ojalá que nos volvamos a ver!
- I-Illius... - dijo él, con algo de timidez, pero le dio su mano a Elena- Ojalá que podamos... - y se fue, con un aura distinta-

Lo alcancé luego en la entrada a la sala. No le dije nada, desde luego. Entramos como de costumbre. Pero fue una gran sorpresa la que nos llevamos dentro. ¡Había sido compañera de nosotros todo este tiempo! Mi cara fue asombrosa cuando me di cuenta, pero Illius... ¡Ni se dio cuenta que estaba ahí! Y ya sabía cómo sorprenderlo.

Casualmente, nuestra avistada estaba sentada cerca de donde usualmente nos sentamos nosotros, así que sin titubear, me lo llevé justo al lado de ella, sin que se diera cuenta. Y casi al terminar la clase, habló la voz de Elena para interrumpirlo.

- Disculpa, ¿me das permiso?
- Clar... Alto... ¿TÚ? - dijo él con asombro, al voltearse y verla-
- ¡Eres... el de hace un rato, el chico del cuaderno! - preguntó ella-
- ¿¿M-me reconociste?? - sentí que el tono de Illius había cambiado-
- ¡Claro! Una no olvida una cara que conoce hace unos minutos atrás, ¿o sí?
- S-supongo que no... - ... y ahí lo perdí. Volvió a sonar igual de frío y apagado que siempre-
- Las casualidades de la vida... Así que somos compañeros. ¿No es genial eso? - preguntó ella con energía-
- S-sí, será divertido en realidad...
- Al menos di que recuerdas mi nombre, um... ¿Illius...? - ahí, mi amigote perdió su control, y su cara se sonrojó como un tomate-
- ¡C-claro que me acuerdo! - saltó en cinco segundos para responder. Estaba exhaltado-
- Entonces di mi nombre.
- E... E... - entre que Illius estaba sonrojado y enojado, no podía ni hablar-
- ... Bueno... No todos pueden recordar nombres con facilidad... - ella se entristeció un poco y pasó por al lado mío, como queriendo irse-
- ... - Illius parecía que no quería contenerse. Entonces simplemente lo dejó salir, aunque te digo, fue algo inesperado- ... ¡Elena! ¡Tu nombre... es Elena!

Entonces ella se dio vuelta, le sonrió a Illius y se quedó ahí. Antes de irse, simplemente dijo...

- ¡Nos vemos a la otra clase, compañero! - entonces desvió su atención hacia mí- Ah, no me presenté, ¡soy Elena!
- Yo soy Cello. El niñero de este niño de por acá - dije-.
- ¡Parecen muy unidos los dos! - dijo ella-
- Sí, trabajar de niñero no es tan fácil, pero es divertido.
- Bueno, Cello, Illius... ¿Nos vemos después del recreo?
- E-em... - me apuré en contener a Illius antes de que pudiese decir alguna bobada-
- ¡Claro! ¡Podemos usar los mismos puestos que ahora, por qué no!
- ¡Muy bien! - entonces, Elena se fue-

Nunca nos fuimos de la sala. ¿Para qué irse, si eran 15 minutos de receso? Bastaba con guardarle un puesto, nada más.

- Oi, Illius... ¿Para qué ser tan frío con esa chica? Es adorable.
- ...
- Ah, lo olvidaba... Tus fracasos amorosos. Vamos, podría ser diferente esta vez, ¿no?
- ...
- Oh vamos, Illius. Al menos di que te alegra conocerla.
- ... no es de tu interés, niñero.
- Huh... Bueno, la soltería no es una mala opc... - no pude ni terminar de decir eso, porque Illius estampó su mano contra la mesa-
- ... No... menciones... eso...
- Ah, se me olvida... Lo lamento, ¿sí?

Illius no solo era frívolo e introvertido, también era muy conciente de su propia vida amorosa. Y la verdad de las cosas, era enfermizo verlo así, tan callado, tan inseguro. Daba pánico, ganas de golpearlo hasta la muerte, no sé. Me contuve mucho tiempo para no agredirlo físicamente, pero bueno...

Las primeras semanas con Elena de nueva compañera fueron algo complicadas. Illius mantenía su aire frío con ella, y su inseguridad e introvertismo, a límites que nunca quise conocer. Me interesó que ella no perdiera ese interés de seguir intentándolo. Pero bueno. Eventualmente, pasó el tiempo, e Illius dejó de ser tan frío con ella. De a poco, el niño empezaba a perder ese aire frío, y comenzaba a ser más cálido no solo con ella, sino que con todos. Sí, hasta conmigo.

- Chicos, mañana hay prueba. Tenemos que estudiar - nos decía Elena-.
- ¡Demonios! ¡Lo olvidé~! - decía él. Ya había sido un meses desde que Elena se juntaba con nosotros-
- ¡Jajaja, pelotudo! ¡Jajaja, hijo de fruta! - decía yo, mientras me reía-
- ¡Cello! ¡No seas así! Oye, Illius, al menos sabes qué entra, ¿verdad?
- Honestamente... ¿no?
- Entonces sí que tenemos un problema... ¿Y si aprovechamos ahora para ejercitar? - proponía Elena-
- No es una mala idea... - decía yo-
- Estoy de acuerdo con la idea - decía Illius-.
- ¡Ni que te quedara de otra, despistado! - le gritábamos entre los dos-
- Y-yo no más decía...
- Ehe... Ehehehe... ¡Ehehehehe~! - se reía Elena-
- Pfft... Pfftahahaha... ¡Hahahahaha~! - me reía-
- ¡Jajajajajaja~! - al final terminábamos riéndonos los tres-

Sí, Illius comenzaba a sentirse bien con nosotros. Pero todavía yacía el tema de su introvertismo. Bueno, dicen que no todo dura para siempre. Y eventualmente...

- Illius, ¿qué dibujas? - preguntaba Elena. Ya habían sido cinco meses desde que conocimos a Elena-
- Es una idea para una historia. Aunque no sé dibujar villanos...
- Pues... Un villano que se ve como héroe no es mala idea - proponía-.
- ¿Sabes? Tienes razón. ¡Puedo hacer un villano que parezca un héroe! - decía Illius, y cambiaba su dibujo ahí mismo- Y ahora... ¿Qué tal?
- ¡Wow, ahora está mucho mejor!
- ¿A que no? ¿Puedo ver? - preguntaba un compañero de mesa-
- ¡No! ¡Está fuera de orden! ¡Lo verás cuando esté listo, antes no! - decía él-
- ¿Qué~? ¿Y cómo ella puede?
- Porque... Porque confío en ella. Y solo dejo que la gente en quien confío vea mis dibujos - la cara de Elena brillaba entonces-. Ah, y Cello también, por ser mi mejor amigo - ok, no me esperaba eso en ese entonces, y eso me llegó al alma...-.

A ver... Illius ya no era introvertido (hacia los suyos), no era frío, y era muy alegre. Éramos muy apegados los tres. Pero yo noté siempre algo entre Illius y Elena, porque esos dos... ¿Cómo te explico? Eran demasiado unidos como amigos. Cierto, hacíamos cosas de amigos los tres, pero Elena nunca pasaba tiempo de calidad conmigo. Ellos dos eran muy unidos. Fíjate que tuvo que pasar un año para que él me dejase hojear su cuaderno, pero solo fueron tres meses con Elena. Eso dice mucho.

- Ah, la semana de descanso... Uno nunca puede dejar de usar ese tiempo libre para dibujar, ¿verdad? - era semana de descanso, y ya llevábamos 8 meses con Elena-
- No te fíes, que después no quiero verte deprimido por las pruebas, machucado.
- ¡Hah! ¡No les tengo miedo a unas pruebas! ¿Verdad, Elena?
- La verdad, no sabría decir... Te he visto mal, Illius. ¡Pero realmente eres duro de matar!
- Muchas gracias, Elena...
- ¿Ves? La niña sapbe.
- Pruebas, pruebas... Oh, ¡ya sé! - dijo Illius-
- ¿Qué pasa, Illius?
- Sí, loco, ¿qué onda?
- ¡Hagamos una promesa, los tres! ¡No importa qué nos pase, nunca nos separemos! ¡Seamos un equipo!
- No entiendo a qué va eso... - dije-
- La verdad... Sí, es una gran idea. ¡Seamos un equipo! - dijo Elena-
- ¿Ves? ¡No es una mala idea! Seremos nosotros tres - Illius puso su mano lista para que nosotros pusiésemos las nuestras sobre la de él-, no importa lo que pase, y estaremos juntos hasta el final.
- Suena como un plan - dije, poniendo mi mano-.
- ¡Cuéntenme dentro! - dijo Elena, poniendo la suya-
- No importa qué pase, ¡siempre juntos! - gritó Illius, y elevamos nuestras manos al aire-

La verdad es que yo también estaba más feliz con eso de que Elena estuviese con nosotros. Y se le notaba al chico más feliz que de costumbre. Elena y él compartían demasiado ahora. Si incluso Illius ya no la saludaba de forma común, ahora la abrazaba. ¡Estaba siendo expresivo! ¡El muchacho sonreía! En mi vida vi a un Illius más feliz.

Y claro, siempre estas cosas tienen un amargo fin.

- Alto... ¿qué...? - preguntó Elena, confundida-

La cosa es la siguiente... Illius y yo nos inscribimos a un "taller", creyendo que duraría por dos meses. Y la cosa es que nos timaron, y en realidad era un curso por tres años. Créeme cuando te digo, que cuando Illius se enteró, literalmente quería arrancarle los ojos al tipo ese. Pero peor fue cuando Elena se enteró. Illius estaba hecho trizas. Yo estaba igual, pero se le notaba hasta en Chuchunco que no quería irse.

- ¡Pero tiene que haber alguna forma! ¡Tiene que!
- ... Lo intentamos todo, Eli... Y no hubo caso... - dije-
- Y-yo... ... no quiero... - dijo Illius, sollozando-
- Illius...
- ... ¡Yo no quería esto...! ¡Yo... yo no quiero irme! Q-quiero... quiero mantener nuestra promesa... - Illius no se contuvo. Lloró ese día. Gritó ese día. Y lo entiendo ahora-

Elena entonces se acercó a él, y lo abrazó de tal forma, que el joven Illius se ablandó tanto, que llegó a llorar como un niño pequeño, descontrolado. Illius consiguió confidenciarme después lo que Elena le dijo, mientras lo abrazaba.

- Anda... Yo estaré esperándolos aquí...

Hicimos la promesa de volver al año siguiente. Y así lo hicimos. Pero no pillamos a Elena por ninguna parte. No pillamos a nadie que la hubiera visto. Y pobre Illius...

Tuve que pasarme el resto del tiempo, recuperándolo de a poco. Me tomó un año y medio volver a hacer lo que Elena hizo en menos de un año. Y me preocupaba hablarle de Elena, aunque sabía que muy en el fondo, él la extrañaba demasiado.>>

- Y eso es todo. Ahora ya viste cómo terminó esta historia.
- Vaya... Entonces eso explica por qué son tan unidos ahora - dijo Damian-.
- Sep. Eso explica muchas cosas. Ahora, solo me queda una pregunta...
- ¿Y cuál sería esa pregunta, Cello? - preguntó Damian-
- Quién de los dos dará el primer paso...

Yo no presté atención alguna al relato de Cello. Pero, basado en lo que me dijo él, terminó justo cuando me volteé a verlo. Entonces, Elena y yo nos acercamos a él y Damian. Damian se movió al frente con los demás.

- ¡Cello, adivina! - dije-
- ¿Qué pasó, machucado?
- Elena nunca se fue, ¡en realidad había ido por nosotros! Como no acordamos en un lugar en común, ella fue a visitarnos el mismo día que nosotros a ella. Qué loco, ¿no?
- Vaya... Eso resuelve el misterio de las eras...

Ukt en un momento se volteó a vernos, para indicarnos que nos acercábamos a nuestro primer destino: un castillo abandonado. Nos mencionó que dentro residía una energía muy similar a la emitida por nuestro trozo del amuleto, así que pusimos marcha en dirección a ese castillo, sin demora.

No lo noté en ese momento, pero estaba tan cerca de Elena, que iba sin quererlo, tomado de su mano. Y la verdad es que no le tomé importancia. Estaba feliz, eso es todo."

Mejor sigamos e///e...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario