martes, 7 de abril de 2015

La gran travesía, capítulo XXVII: Criógenis

Por Yop.

Me siento como en los viejos tiempos, cuando comencé a escribir, las ideas fluían con gracia y actitud. Se entendía poco, pero no era malo en verdad.

Y aquí estoy, tras un largo break, escribiendo un nuevo capítulo. Lamento la demora, pero estas cosas suceden.

Este capítulo va con algunos bonus: mayor inclusión a las chicas, y dos capítulos en uno! No perdí la oportunidad de mostrarle al mundo a Criógenis :D


"Temprano en la mañana, Damian y Goot consiguieron hallar un viejo carruaje, con espacio suficiente para llevar a muchas personas dentro. Tan pronto como lo trajeron, Ukt procedió a levantarnos a Nny y a mí, sin despertarnos, y nos dejó recostados en la parte de atrás. Ukt se ofreció entonces a tirar del carruaje usando su aleación de gravedad, para evitar que alguien ejerciera fuerza de más. Goot y Cello entonces, se sentaron al frente para dirigirlo. Damian se fue atrás, para mantenernos vigilados, y las chicas se fueron en los asientos centrales.

Eso lo sé porque me contaron luego. Tiempo después.

En fin. Iban Cello y Goot dirigiendo el carruaje, cuando el buen anteojos se mandó una de sus frases revelativas.

- No pareces ser muy afectivo del todo, joven Cello - dijo Goot, mirando fijamente a su compañero.
- ¿Eh? La verdad... No, no en realidad.
- Curioso. Siempre pensé que eras bastante carismático, compañero.
- Es por lo que dice Illius, la verdad. Nunca fui muy bueno para, pues, mostrar afecto.
- Se nota. Illius es bastante afectivo, y no lo duda ni un segundo. Podrías aprender una o dos cosas de él, ¿no crees?
- Pues... - Cello suspiró- Él no sería así de no ser por mí. Supieras... Era más silencioso que... ah, ya ni se me ocurre.
- Es gracioso. Siempre creí que era porque había aprendido algo de tí, tal vez.
- Esa es una historia bastante graciosa, verás... Yo... no suelo aplicar lo que digo.
- Vaya que sí.
- ¿Es esto un interrogatorio? Porque ya empieza a molestarme.
- No no, es simplemente un momento para conocer un poco a tu persona, nada más.
- ... supongo que tienes razón - Cello habló más bajo de lo normal.
- ¿En qué?
- En que tal vez... no soy suficientemente expresivo como para hacerle ver a mis amigos que me importan en serio. Y para qué mencionar que cuando perdí el control, lo primero que hago es ir y congelarlo vivo. Vaya amigo que soy...
- Sí, pero qué amigazo saliste...

En eso, Bell y Elena saltaron a la conversación. Y por como me contaron, parecían bastante serias.

- ¿Hey, Cello? ¿No crees que te estás mortificando, aunque sea, un poquito mucho? - dijo Bell.
- No entiendo - respondió Cello-. Solo estoy siendo honesto.
- Déjame ver si entendí lo suficiente... congelaste vivo a Illius, pero igual saltaste a defenderlo contra Gradia. ¿Entendí bien? - dijo Bell, firme.
- ... ¿Creo?
- Y cuando mencionaste que estabas por perder el control, incluso si lo congelaste, ¿no saltó para hacerte entrar en razón? - gritó Bell.
- ¡Bien, bien, ya, ya entendí, por favor! ¡Ya fue suficiente! - gritó Cello.

El carruaje se detuvo en seco.

- ... ¿Cello? - dijo Elena, suavemente.
- ... ¿sí?
- E-em, no sé las palabras exactas para decirlo, pero... incluso si no demuestras tu afecto, eso no quiere decir que Illius no lo sienta.
- ¿Cómo...?
- Piensa en esto... ¿Crees que él se hubiera apegado tanto a tí, incluso después de haberle cambiado su forma de ser a lo que es hoy? - dijo Elena.
- ... me perdí - dijo Cello. Era de esperarse, si Elena se confundió sola.
- SE REFIERE... - interrumpió Bell-... a que incluso después de mostrarle a Illius su verdadero ser, él siguió de tu lado. No sé tú, pero para mí que él te sintió como su primer verdadero amigo.
- Sigo sin entender, estoy perdido - dijo Cello, más confundido aún.
- ... Que tenga que hacerlo todo yo, ¿no? - exclamó Goot, quien no aguantó más- Te están diciendo que no necesitas ser afectuoso, porque tus actos hablan por sí solos, cabeza hueca.
- No necesitas mostrar afecto para hacerle saber a tus amigos que son importantes para tí. ¡Illius lo sabe bien! - dijo Elena, alegre- Después de todo, no te apartaste de él después que se fueron. Y trabajaste en hacer de él una mejor persona.
- Tal vez sea hora de que empieces a trabajar también en ser mejor tú mismo, Cello. Eres confiado, seguro de tí mismo, y, pues... bastante... carismático. Solo necesitas devolver el afecto que te llega, y... verás cómo cambia todo. He dicho - dijo Bell, que se dio media vuelta para ocultar su vergüenza.
- Cello, eres un gran amigo. Lo puedo decir por lo que Illius piensa de tí. ¡Se nota que eres alguien muy unido a la gente! - exclamó alegremente Elena.
- Chicos, ¡¿HASTA QUÉ HORA ESPERO PARA MOVER EL MALDITO CARRUAJE?! - dijo Ukt, tan molesto, que remeció el carruaje, despertándonos a Nny y a mí.

El camino siguió con bastante regularidad. Damian, Nny y yo nos integramos a las chicas, que conversaban alegremente.

- Hey, Bell... ahora que lo pienso, no conocemos mucho sobre tí... - dije.
- Es cierto... Eres bastante enigmática, y muy callada... - dijo Damian, en tono de sospecha.
- No podemos confirmar o negar si eres una chica o no... - dijo Nny. Acto seguido, lo pusieron de mascarón del carruaje.

Hubo un suspiro general.

- En fin... cuéntanos sobre tí, Bell. Ya pareciera que sabes mucho sobre nosotros - dije.
- ¡No mordemos! Bueno, no podemos estar muy seguros sobre Nny, pero ¡nosotros no mordemos! - dijo Elena.
- Cuéntanos - dijo Damian.
- ¿¡E-e-eh?! P-pues... y-yo... a-a mí...
- ¿Sí? - dijimos Elena, Damian y yo al unísono.
- M-me, pues...
- ¿SÍ? - nuestro asombro empezaba a aumentar.
- ¡... me gustan los gatos! - dijo Bell, roja.
- ... - Damian y yo quedamos perplejos. Supongo que esperábamos una respuesta más informativa...
- ¿En serio? ¡A mí también me gustan los gatos! - ... salvo Elena, que respondió alegremente.
- ¡¿De verdad?! - los ojos de Bell brillaron ante la respuesta de Elena- ¿Y qué clase de gatos te gustan?
- ¡Mis gatos! - dijo Elena, inocente.

El resto del trayecto fue una conversa sobre gatos. Eso es todo lo que puedo decir.

Le tomó unas cuantas horas de viaje, pero el carruaje guiado por Ukt nos llevó hacia las montañas, donde Ukt había percibido la energía de uno de los últimos fragmentos del amuleto. Una caverna fría, resguardada por tropas robóticas.

- La energía que se siente en ese punto - dijo Ukt, señalando la cueva- coincide con las lecturas de los otros fragmentos. Tiene que estar aquí el siguiente.
- Opino que formemos dos escuadras de 4. No tiene caso en que vayamos todos juntos si no tenemos un plan formado - dijo Damian, en tono táctico.
- Pensándolo mejor... no, no tiene sentido tu plan. ¡Digo que vayamos todos juntos y los hagamos añicos! - dijo Nny.
- Concuerdo - dijo Goot.
- +10 y a favoritos - dijo Cello.
- Es un buen plan - dijo Bell.
- Prefiero eso - dije.
- Solo si vamos con cuidado - dijo Elena.

Nos volteamos todos a verla.

- E-eh, digo, que s-si entramos a lo loco, es probable que nos superen...
- Tiene un punto válido ahí. ¿Y si nos separamos por clases? - sugirió Bell.
- Me parece más sensato ese plan - dijo Ukt.

Así es como nos organizamos para entrar:
Bell, Damian y Goot, que son los tiradores del equipo se fueron en la parte de atrás. Elena y Nny, que son los peleadores cuerpo-a-cuerpo, se fueron al centro. Cello y yo nos fuimos en la delantera, por ser la ofensiva con armas de alcance.

Si alguien pregunta, Nny sugirió esa formación.

Entramos en forma silente a la cueva, donde nos esperó una horda de enemigos mecanizados. No tuvimos problema para lidiar con ellos, puesto que la estrategia era como seguía: los tiradores se encargaban de lidiar con el primer tiro a los del frente. Los que sobraban eran cortados por Cello y yo, y los que pasaran de nosotros, eran apabullados por Elena y por Nny. Nos tomó un poco de tiempo, pero pasamos a esa tropa de enemigos, llegando a una cámara vacía.

- No lo entiendo... La fuente con el trozo del amuleto debería de estar por aquí cerca... - dijo Ukt, confundido.
- Se me enfrían los pies - dijo Nny.
- ¿Tenemos que prestar atención a todo lo que hace tu cuerpo? - dijo Ukt.
- Ignóralo, quiere llamar la atención - dijo Goot, desinteresado.
- ¡No, es en serio! ¡Mis! ¡Pies! ¡Están! ¡Muy! ¡Hela- Nny no pudo terminar de decir su frase, por alguna razón.
- ¿Nathan? - Damian volteó para descubrir que a Nny lo habían congelado en seco- ¡Nathan!
- ¡Damian, no vayas, es una trampa! - dije, pero no alcancé a decirlo a tiempo.
- ¿Eh? - Damian no alcanzó a reaccionar, puesto que también lo congelaron en seco.
- Ya estuvo. ¿¡Dónde te escondes?! - gritó Cello, furioso.

Del techo, se escuchó un grito ensordecedor de un ave. La superficie empezó a crujir, mientras un monstruo descendía desde lo más alto. Tenía un cuerpo similar a un hipogrifo de la mitología, pero parecía más un dragón que un ave. Su cuerpo emanaba un aura tan frío, que la superficie en contacto con él generaba hielo puro. Colgado en su cuello, traía una bolsa que tenía el trozo del amuleto dentro. Las sospechas de Ukt eran ciertas.

- ¡Chicos, no se desconcentren! ¡Manténganse firmes, atentos ante cualquier- me di vuelta para ver a los otros, pero... - ¡¡ESTÁN TODOS CONGELADOS!!
- Ey, se te olvida uno - dijo Cello detrás mío.
- Ah, Cello, ¡es bueno ver que no te congelaron! ... Es idea mía, ¿o estás usando tus poderes de rey ahora?
- Pero of course, amigo. El frío de este lugar no es nada comparado al del Rey del Hielo.
- ¿Y ahora qué hacemos? Es seguro que esa cosa me congelará en seco si la toco...
- Haz ese mismo truco que hiciste contra Gradia y deberías estar bien.
- ¿Eso? No sé si me salga dos veces... - empezaba a sentir frío.
- Oye, tranquilo, viejo. Te va a salir. Dale no más.
- Está bien...

Activé mi Break en Modo Contenido, para evitar que el frío me congelara en seco. El monstruo nos vio listos, y se arremetió contra los dos. Su frío era tan potente, que en su superficie de golpe, el hielo se levantó como espinas hacia nosotros, pero las detuvimos en seco con algunos golpes.

El monstruo no se rindió. Emitiendo gritos, nos lanzó ondas de frío en seco. Cello tuvo unos problemas para evitarlas, pero yo las detuve con mi sable. Sin embargo, a cada onda que detenía, más calor perdía mi arma.

- ¿Cómo vas? - me dijo Cello, mientras desviaba ondas de frío.
- Pues, podría irme mejor - dije, bloqueando otra onda.
- ...
- ¿Hey, Cello...?
- ¿... eh?
- ¡Anímate, saldremos de esta! - dije, decidido, aún sabiendo que ya no faltaba mucho para congelarme en seco.
- Sabes... Es cierto - la mirada de Cello cambió por completo. No recuerdo haberlo visto tan decidido como aquel día.

El monstruo dejó de lanzarnos ondas, y decidió arremeterse contra mí, para terminar de congelarme. Con sus garras apuntadas directamente a mi cuerpo, se lanzó violento, pero Cello se puso frente a él, conteniéndolo en un muro de hielo.

- Hey, Illius... Gracias.
- Cuando sea, y donde sea, Cello. Esa fue nuestra promesa, ¿lo recuerdas?
- Claro que lo recuerdo. "Nunca olvides que si algún día andas mal...
- ... iré a sacudirte para devolverte al camino". Eso hacen los amigos.
- ¿El puño? - dijo Cello, colocando el puño para golpearlo con el mío.
- El puño - dije, chocando puños con Cello.
- Ahora, ¿qué tal si nos encargamos de este pajarito?
- ¡Mande usted! - dije, con entusiasmo.

El plan de Cello fue tan genial, que simplemente tenía que decirlo completo ahora.

Cello desvió al monstruo hacia atrás, volcándolo sobre sí mismo, y le lanzó trozos de hielo a las alas para detenerlo por un tiempo, mientras yo me concentraba en devolverle el calor al sable. Pero el monstruo empezó a destruir los trozos de hielo con sus garras, así que tuvimos que pasar a la fase dos del plan. Y este plan no podía ir sin una frase heróica combinada. Créanme que nos lucimos con esa.

- Tal vez creas que el hielo y el fuego no se llevan bien... - dijo Cello, que empezó a invocar a su Invierno Colosal en lo alto.
- ¡... Pero te llegará a sorprender lo bien que reaccionan en esta dupla! - dije, con mi sable al máximo de fuego, corriendo hacia Cello.
- ¡Al combinar nuestras fuerzas... - Cello sostuvo a Rjodrik sobre él, como una plataforma.
- ... nos volvemos un dúo imbatible! - salté sobre Cello para llegar hasta los granizos gigantes.
- ¡Eso que parece una reacción desastrosa... - dijo Cello, mientras en lo alto, liberé el Filo de Flama sobre los granizos gigantes.
- ... en realidad es una combinación victoriosa! - dije, y Cello dio la señal para que cayera esta técnica combinada.
- ¡Técnica Unida! ¡Lluvia de Cometas! - los trozos de hielo fueron recubiertos con las llamas de mi técnica, resultando en trozos que se asemejaban mucho a los cometas, los cuales cayeron todos sobre el monstruo, quien por más frío que aplicaba alrededor suyo, no pudo hacer mucho contra la lluvia de meteoritos que asaltaba sobre éste. Al final, tras un duro combate contra la técnica, el monstruo cedió, dejándose golpear por los ataques, hasta no quedar nada más de él, sino una pequeña bolsa con el trozo dentro.

Con el monstruo destruido, el efecto de congelamiento se disipó de los chicos, quienes recuperaron la conciencia ahí mismo. Y cuando preguntaron lo que había pasado, Cello y yo sonreímos, mostrando victoriosos el nuevo trozo que habíamos recuperado.

En lo que íbamos saliendo, Ukt nos contó que se trataba sin dudas de Criógenis, un monstruo de hielo con alas de dragón y garras de tigre, que se creía extinto. Bastante útil que nos salió esa información a estas alturas...

En la salida de la cueva, Cello se acercó un poco a mi derecha.

- ¿Oye, Illius?
- ¿Sí? - dije, y Cello pasó su mano izquierda sobre mi hombro izquierdo.
- ... bien hecho, amigo - dijo, sonriendo.
- ¡No fue nada, compadre! - dije, y pasé mi mano derecha sobre su hombro derecho.

Creo que Cello creció un poco como persona. Y saben, sería necesario, sobre todo con lo que estaba por venir."

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