jueves, 18 de diciembre de 2014

La gran travesía, capítulo 25.

Por Yop.

VACACIONES!!! Y saben lo que eso significa. ¡Así es, LA TRAVESÍA ESTÁ DE VUELTA, CON NUEVOS VUELCOS Y PERSONAJES!

Y desde luego, tuve que incluir una inevitable referencia a #DamianTheGame. Sobre eso... aún tengo que hablarlo con mis dos compañeros de Lapapa para ver si efectivamente puedo subir el juego aquí al blog. Me gustaría hacerle algunos retoques sí al juego antes de colgarlo aquí, pero el juego está listo.

Y como un buen capítulo de la Travesía no está completo sin lo típico, aquí está lo típico.
Lamento la demora, pero por fin he vuelto.


"- Sabes, es extraño verte a mitad de la noche despierto, Nny.

Nathan me miró con sus ojos grandes mientras le hablaba.

- A veces me pregunto si ella estará bien...
- ¿Ella? ¿De quién hablas? - pregunté.
- De Post. Mi compañera.
- Ah... - me senté cerca de él, como para escucharlo más. Estaba muy oscura la noche.
- Realmente es genial, ¿no crees?
- ¿Qué cosa? - Nathan me tenía confundido.
- Tener a alguien con que siempre puedas contar. Por ejemplo... - Nny levantó su mano izquierda para mostrarme su guante por el otro lado. Tenía un dibujo curioso de una forma negra con ojos blancos- Incluso en este mundo, sé que puedo contar con Post para cuidarme la espalda.
- Ah... - en mi mente, pensé que Nathan se había vuelto loco de repente.
- ¿Y tú, Illius? ¿Tú tienes a alguien así?
- ¿E-e-eh? ¿Yo? Pues... no sé a qué te refieres...
- Oh, vamos... Me refiero a que si tú tienes a alguien así.
- Eso me confunde más aún...
- ¡A alguien que cuidaría de tí siempre, porque sabes que siempre vas a cuidar de esa persona, no importando qué! - dijo, y sonrió tan grande, que su sonrisa cubrió la mitad de su cara.
- Pues... Yo sé que Cello siempre cuida mi espalda...
- ¡No, no hablo de amigos! - me detuvo súbitamente. Me asustó.
- ¿¡ENTONCES QUÉ ES?! - me desesperé. lo siento.
- A ver... alguien que, no importa cómo, no sé cómo describirlo... Pero no importando qué, tienes esos impulsos de siempre defender, de proteger y de cuidar, pero de forma distinta a un amigo o a un hermano... porque sientes ese deseo de cuidar por siempre de esa otra persona, porque esa persona siente exactamente ese mismo deseo... ¿Es complicado, no crees?
- Vaya que sí... Pero... Creo que logro entenderte un poco, Nny - dije, girándome para ver a Elena dormir.
- Aaaaaaaaaah...
- Y dime, ¿qué otras cosas han hecho en tu mundo, Nny?
- ¡Ah, claro! Verás, está esta invitación rara que nos llegó, que tenía un muñeco curioso, pero no lo pude firmar, porque justo ese tornado apareció...

Estuvimos hablando tanto que se nos pasó la hora, y sin darnos cuenta, había amanecido.

Nny me contó un montón de cosas interesantes sobre su mundo. Al parecer, Etopi y la tierra no eran los únicos planetas en los que habitan humanos. Me causó mucha calma saber que después de todo, más allá, aún hay más vida.

No podíamos decir lo mismo de nosotros dos, que parecía como que nos hubieran robado las almas. En Nny no se notaba, pero yo estaba más pálido que una hoja de papel. Y todo lo que quería hacer era dormir...

- Q-q-q-q-qué... - la cara de Cello era impactante.
- Demonios... - los ojos de Damian estaban pálidos.
- Les pasó... - creo que los lentes de Goot se trizaron un poco...
- ... puedo explicarlo... me qued- no alcancé a decir nada y me interrumpió Nny...
- ¡¡¡UN ATAQUE SORPRESA!!! - con ojeras que se notaban en su cuerpo de piedra, su grito fue tan fuerte que incluso me sorprendió que pudiese hacerlo- ¡¡Exactamente, Illius y yo fuimos y derrotamos a un grupo de robots ROBOTEADOS que estaban acercándose FURTIVITIVAMENTE a la base nuestra, HA HA HA!!
- Un grupo de robots... ¿como esos? - señaló Ukt a los robots que venían hacia nosotros.
- ¿Eh~? Ciertamente se ve como un grupo de robots enojados... ¿Querrán vengar a sus amigos? - dijo Elena, preocupada.
- T-te maldigo, Nny... - alcancé a susurrar. Mi cara estaba... pálida es decir poco. Imaginen que tienen una sábana blanca como la nieve, y sobre eso le aplican blanqueador y tendrán algo parecido a lo que era mi cara en ese instante.
- AH, SÍ, ESOS SON. Diablos - dijo Nny.
- Por mentiroso te pasó - le dije.
- ¡¡¡REVIVIERON!!! - gritó Nny.
- ¿¡¿¡¿¡QUÉEEEEEEEEEEEEEE?!?!?!
- No son amigos vengativos... SON ALMAS QUE BUSCAN ALCANZAR LA PAZ.

... nos quedamos paralizados del asombro. Choqueados. Impactados. Creo que hasta pasó una bola de pasto en el camino...

- ¿Ven, muchachos? Eso es lo que pasa cuando te falta el sueño - dijo Goot, sabiamente.
- Vaya, sí que se aprende algo nuevo cada día - dijo Cello con asombro.
- Con la falta de sueño... Se generan... ¡¡¡ALUCINACIONES!!! - gritó Goot al cielo.

... y de nuevo lo mismo. Otra bola de pasto rodó por el camino.
Hasta que se escuchó el primer disparo. Y fue lo que bastó para despertarme.

- Tonta chatarra... ¿Qué acaso vienen por las piezas del amuleto? - me apresuré en decir.
- Ya lo creo. Pero... - Damian activó el modificador Metralla- ... no debemos dejarnos vencer.

Sin embargo, a lo lejos, se escuchó una voz que parecía conocer a Damian...

- ¿Eh? Esa voz... ¿Sub-comandante Damian? - se escuchó a lo lejos.
- Esa voz... ¡Será acaso...! - los ojos de Damian brillaban.
- ¡Así parece! ¡Qué a tiempo, compañero! - dijo Ukt, alegre.
- ¡¡Así es!! ¡Aquel que incluso aterra hasta al magma! Mis puños son más fuertes que la misma dinamita... Y mi nombre se conoce en 15 galaxias a lo largo y ancho del universo... ¡¡¡CREPATUS, EL IMPLACABLE!!! - dijo un sujeto sobre un tanque gigante con cara de panda. Tenía el cuerpo redondo y guantes rojos. Destacaba algo como un pico de pato...
- Crepatus, no te olvides del resto - dijo el tanque. Y SÍ, LO DIJO EL TANQUE, NO ERA PRODUCTO DEL SUEÑO-. Sub-comandante Damian, ha sido mucho tiempo.
- Y vaya que sí, Lord Betank. ¿O debería decir... Betank, el destructor? - dijo Damian. Nuestro asombro era gigante.
- Huh, supongo que no hace falta que me presente aquí, ¿o sí? - dijo un robot encapuchado de color azul, sentado al borde de Betank.
- ¡Preséntate a la gente y ante el sub-comandante con orgullo, Galodio! - dijo Crepatus.
- ... Qué pereza, nunca me ha gustado hablar mucho...
- Pero sí que es un experto en resolverlo con espadas, ¿no es así?
- Hey, Ukt, ¿quiénes son ellos? - pregunté, confundido.
- Oh, deja que yo te conteste esa pregunta - dijo Damian.

Nos sentamos todos a la redonda (excepto Betank, porque, pues, ES UN TANQUE, MALDITA SEA) y Damian se ofreció a contarnos.

<< La verdad es que poco y nada sabía de lo que me esperaba cuando aterricé con mi gente en Ryukai-56. Creí que mi suerte estaba echada, pero fue en ese tiempo que el General Adarukt me tomó y me entrenó.

Sin embargo, dicho entrenamiento me pondría a prueba en una de las tareas más difíciles que he conocido jamás. El Maestro lo apodó...

- ¡El desafío de las Cámaras!
- ... ¿Se puede saber qué es eso?
- Damian, te he puesto a prueba a tí y a tu Brazal Cruza, con un desafío que pondrá tus habilidades al límite. He preparado tres cámaras, cada una con un líder que he seleccionado para que ponga a prueba tu proeza. Si sales aireoso de las tres cámaras, es porque eres digno de ser entrenado por mí.
- Tres... cámaras...

Y desde luego, cada cámara era diferente. El Citadel Computador era una ciudad virtual, con altos y bajos. La Mazmorra Maquinada era en realidad un volcán con trampas en cada esquina, y la Galaxia Gráfica era un lugar sin suelo, donde sólo podías depender de tu agilidad. Al completar cada cámara, estaba uno de ellos. Líderes galácticos con renombre en muchos sectores del universo.

Betank el Destructor. Una gran máquina con un ataque demoledor, y trampas de bambú que te inmovilizaban.

Crepatus, el Implacable. Veloz en el suelo, y con un golpe que realmente puede demoler hasta el metal más rígido.

Galodio, el Silencioso. Su espada de neón dice más de lo que dice su boca. Ágil e intrépido, y un maestro espadachín.

Juntos conformaban el desafío de las Cámaras.>>

- Ahora veo... Entonces, ese brazal nunca sirvió para solo tirar flechas, ¿verdad? - dijo Cello.
- No, no. El Maestro sabía de mi poder de Modificador, y decidió que aquel desafío debía exprimir lo más posible mi habilidad para usarlo a voluntad.
- ¿Cuántos usos tiene esa cosa, en verdad? - preguntó Goot.
- En realidad son cuatro usos: Tirador, que convierte al Brazal en una doble ballesta, y me permite disparar flechas de energía. Espada, que extiende un rayo de energía condensada del Brazal para usarlo como espada. Puño, que cubre mi puño mismo con el Brazal para usar su poder a voluntad. Metralla, que transforma al Brazal en una poderosa máquina con un veloz disparo continuo. En mi entrenamiento no pude usar Metralla...
- Lo recuerdo. Tuviste varios problemas para resolver cómo derrotarnos, ¿verdad, Galodio? - dijo Crepatus.
- ... odio mi trabajo.

Todos reímos con la respuesta de Galodio. Se nota que no le gustaba hablar mucho.

Así pasamos nuestra tarde, escuchando historias de cada uno de ellos (salvo de Galodio, que no habla). Oímos de esa travesía de tres noches sin dormir en la que Crepatus derribó a un lote completo de enemigos usando solo sus puños, o de esa trampa que le tendieron a un lote de robots usando las bombas semilla de Betank. Historias asombrosas de ellos.

- ¿Y ustedes, qué cosa impresionante han hecho en su aventura? - preguntó Crepatus.
- ¡Vencimos a Archo XIII! - dije con orgullo.
- ¿¡A ARCHO!? ... Vaya, son algo impresionante ustedes... Supongo que podemos dejar en sus manos esto entonces, ¿no? - dijo Crepatus.
- ¿Esto, qué...? - preguntó Damian.
- ¡ESTO! - levantó Crepatus a lo alto una de las piezas del amuleto.
- ¡Una pieza del Emblema de Deitos! - dijimos con alegría.
- ¿Eh? ¿Las están juntando?
- ¡Pero claro! Es para detener la invasión, ¡y las necesitamos todas antes que nos invadan! - dijo Cello.
- Este es un mundo muy diverso como para que vengan y lo traten como quieran. ¡Hay que detenerlos! - dijo Elena, decidida.
- ¡Los tenemos que moler a golpes! - dijo Nny con entusiasmo.
- Somos la última esperanza de la humanidad, ¿no es así? - exclamó Goot.
- No permitiré que se genere otro genocidio masivo como el de Etopi, ¡nunca más! - exclamó Damian, determinado.
- ¡Exacto! ¡Nuestras armas nos guiarán, y nuestros nombres serán escuchados en todos los rincones de la galaxia! ¡Porque surcamos fuertes, veloces y certeros como cometas en nuestros enemigos! ¡Somos el Equipo Cometa, y estamos decididos a proteger lo que es nuestro! - dije, con ojeras gigantes, pero con personalidad y determinación.
- Creí que éramos el Equipo Estrella... pero... Me gusta ese nombre, hermano - dijo Cello, aplaudiendo.
- Tengan. Ustedes son de confiar - dijo Crepatus, quien no dudó en pasarme el trozo del amuleto-. Tan solo recuerden una cosa.
- ¿Cuál sería?

- Ni crean que no tendrán ayuda contra esa invasión. No están solos en esta lucha. ¡NOSOTROS TAMBIÉN NOS SUMAMOS! - exclamó Crepatus.
- ¡Todo enemigo del sub-comandante es enemigo nuestro! - gritó Betank.
- ... hay una cosa o dos que me gustaría partir ese día - dijo Galodio.

Entonces estaba decidido, ¡ellos se sumarían a nuestra causa! O al menos, eso pensé, porque...

- Alto... - Galodio se detuvo al hablar, y se dirigió hacia mí- Tú, líder del Equipo Cometa...
- ¿Illius, el líder? ¿Desde cuándo? - gruñó Cello.
- ¿S... sí? - dije, algo asustado.
- Empuña tu espada.

Galodio se quitó la capa, quedando como una bufanda. Y empuñando una espada de color esmeralda, la apuntó hacia mí, diciendo firmemente...

- Quiero ver si eres digno de guiarnos a la victoria, chico de fuego."

Ay ay ay ay ay...

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